Viajando como una pluma

"Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre." Mahatma Gandhi (1869-1948).

Después de desprenderme de esa mochila emocional, así es como me siento: liviana, ilusionada, decidida, libre, caminado por la vida y viajando ligera como una pluma. Apasionada por viajar, aquí os presento mi experiencia personal, acerca de mi Viaje...

¡El fascinante viaje de Vivir!

"La Vida es un gran viaje, todos somos viajer@s de este mundo." Lara

¿Nos vamos viajer@s?

Faada

11 de diciembre de 2013

Namo Buddha Monastery: la leyenda de la Tigresa!




La leyenda cuenta que...

"En un pasado lejano, dice la leyenda, que vivía un rey (Maharatha) que gobernaba un reino pequeño donde todos sus súbditos disfrutaban de la felicidad y el bienestar, las lluvias llegaban en el momento adecuado mientras que los cultivos y el ganado prosperaba... 

El rey tenía tres hijos, los dos hijos mayores lo ayudaban en el gobierno del reino. Desde sus primeros años, el hijo menor era muy inteligente y dotado de una extraordinaria bondad y compasión. 

Un día, cuando hacía buen tiempo, el rey junto con su reina, los hijos, y los ministros salieron de la ciudad. El rey y la reina montaron en un elefante mientras que los hijos, ministros y séquito iban en hermosos caballos. Después del paseo de medio día llegaron a un lugar densamente arbolado, un bosque con cantos de pájaros y un tapiz de flores, todo muy bello. El rey se mostró satisfecho con el paisaje y ordenó un gran campamento. Los sirvientes inmediatamente desempaquetaron todo, pusieron las tiendas de campaña; se afanaban por preparar una variedad de alimentos y ofrecían té y licor a todos. A continuación, los jóvenes comenzaron a cantar, bailar y jugar, transformando el campamento en un reino celestial. El rey, la reina y los ministros veían el espectáculo mientras disfrutaban de una comida copiosa acompañada de vino y sake.

La cueva de la Tigresa con ofrendas.
A continuación, los tres príncipes, cogieron sus arcos y flechas y se dirigieron al bosque. Mientras caminaban, vieron una cueva en el bosque. Se arrastraron hasta él y vieron dentro una tigresa que dormía junto a sus cachorros. Los dos hijos mayores pusieron flechas en sus arcos, preparándose para matar al tigre, pero el menor se lo impidió a sus dos hermanos, convenciéndoles que lo que iban a hacer no era bueno. De pronto notaron que la tigresa no se podía mover porque había dado a luz y temía que si se iba a buscar comida, otro animal pudiera dañar sus cachorros. Atormentada por el hambre, se tendió en el suelo, incapaz siquiera de levantar la cabeza. 


Este príncipe se conmovió y brotaron las lágrimas de compasión que surgían de lo más profundo de su corazón. Preguntó a sus hermanos sobre el tipo de carne que comía la tigresa y sus cachorros, y ellos le respondieron que el tigre rojo indio solo comía la carne y la sangre caliente de una muerte reciente, por lo que si quería ayudarla a ella y a los cachorros, debía encontrar carne y hueso que estuviesen frescos.

El príncipe bueno pensó por un momento: "Es cierto, para salvar a la tigresa y sus cachorros, la carne y la sangre caliente son necesarias. Pero entonces tendré que matar a otro ser vivo, y eso significaría matar a uno para salvar a otro. ¿Qué más puedo hacer?" Pensó un rato, y no encontró una solución. Entonces sus hermanos dijeron: "Hemos venido aquí a pasear y a divertirnos. No tiene sentido preocuparse por esa tigresa y sus cachorros. Es hora de volver a donde están nuestros padres. Mientras seguía a sus hermanos de vuelta al campamento, él pensó: "Durante mucho tiempo, he desperdiciado mi vida, pocas veces he conocido a una oportunidad de acumular méritos: ¿qué utilidad real tiene este cuerpo, si no fuera por el Dharma?". Por fin se decidió: "Esta vez tengo que ser realmente generoso". No se había ido muy lejos cuando le dijo a sus hermanos, que siguieran que él tenía algo que cuidar y luego volvería. Tomó el camino a la guarida del tigre con apresurando paso. 
Cuando encontró la tigresa colapsado, estaba tan exhausta que ni siquiera podía abrir la boca. El príncipe bueno extendió la mano para tocarle la cara, pero ella estaba tan debilitado que ni siquiera podía desnudar sus colmillos. Así que el príncipe con una astilla de un árbol cercano se cortó su cuerpo para extraer la sangre, dejando que la tigresa le lamiera. No mucho tiempo después, abrió sus fauces y se levantó. Con un rugido, se abalanzó sobre el príncipe y le devoró.

Los dos hermanos esperaron mucho tiempo, pero el joven príncipe no vino, por lo que se pusieron en su búsqueda. Al reflexionar sobre lo que había dicho antes, no tenían ninguna duda de que había regresado a la guarida del tigre. Cuando llegaron y miraron en su interior, ya no quedaba nada de su hermano, solo la sangre, los huesos, las uñas y pedazos de su ropa. La tigresa lo había consumido. Al ver esto, los dos hermanos cayeron, perdieron el conocimiento. Cuando recuperaron sus sentidos, los dos reunieron los pedazos de ropa de su hermano y, sollozando, con profunda tristeza, partieron para el campamento de los padres.

Durante este tiempo, la reina estaba tomando la siesta y en un sueño vio a tres palomas volando alto, en el cielo, a medida que revoloteaban un halcón se abalanzó y se llevó la más pequeña. Despertó del sueño con en el terror, la reina inmediatamente relató su sueño al rey. Él le respondió al escuchar su historia, que creía que las tres palomas eran sus tres hijos. Y que el más joven de ellos, era el que había sido llevado por el halcón, "¡mi hijo más querido!". "Estoy seguro de que algo terrible le ha sucedido". 
El rey inmediatamente envió a sus siervos a buscar por todas partes a su hijo. Pronto, los dos príncipes llegaron y el rey les preguntó: "¿Sabía que algo malo sucedería con mi hijo amado? ¿Tienen alguna noticia?". Ahogados por la tristeza, los dos eran incapaces de hablar ni si quiera respirar por un tiempo. Finalmente, uno de ellos suspiró profundamente y le dijo a sus padres que la tigresa había comido al hermano, el príncipe bueno, el príncipe más joven y querido. Al escuchar esta terrible noticia, la reina se desmayó inmediatamente. El rey también estaba abrumado con una inmensa tristeza y atormentado por el dolor. 
Después de un tiempo largo y con suspiros profundos, los dos príncipes, el rey, y la reina se apresuraron hacia el lugar donde el joven príncipe había muerto. Cuando llegaron a la apertura de la cueva, lo que sus ojos se encontraron fueron los huesos y riachuelos de sangre que dejó la tigresa. La reina retrocedió, presa de sollozos, y no se recuperó por un tiempo largo. 
Mientras tanto, el príncipe había renacido. Se preguntó: "¿Qué tengo que hacer para volver a nacer aquí, en el reino celestial de Tushita?" A través de su ojo divino, vio como sus padres y dos hermanos se reunieron alrededor de los fragmentos de hueso que había dejado y vio como ellos estaban hundidos en lamentaciones y completamente abatidos. Pensó el príncipe: "Mis padres están experimentando infelicidad, tanta que podría poner en peligro sus propias vidas. Para aligerar el dolor, voy a ir a hablar con ellos", y descendió desde el espacio hacia el Cielo Alto y pronunció unas palabras de aliento para consolar a sus padres: "Soy el príncipe. Después de dar a mi cuerpo en generosidad a la tigresa hambrienta, volví a nacer en el reino celestial de Tushita". Con lágrimas en los ojos, el rey y la reina dijeron: "Hijo, tú que ofreciste tu cuerpo a la tigresa eres ciertamente el más digno de alabanza. Pero ¿a quién podemos decir de nuestro sufrimiento?" Él le respondió: "Por favor, no seas infelices. Si se realizan malas acciones, caerás en los reinos infernales, pero si realizan acciones virtuosas, renaceremos en los reinos superiores. Por lo tanto, perseguid la virtud. Hacer plegarias y en la otra vida, definitivamente, se reunirán en un reino celestial". 
Después de unas cuantas palabras más, desapareció. El rey y la reina quedaron un poco más felices y se comprometieron a realizar una vida virtuosa. Ellos crearon un pequeño ataúd cubierto con siete tipos de joyas en la que pusieron los huesos de su hijo y una estupa fue construida sobre el lugar en el que fue enterrado."

Fuente: el-lobo-bobo


No podía quedarme sin conocer este mágico lugar, volver a experimentar una experiencia con monjes Tibetanos y disfrutar de este entorno maravilloso. 
Así que decido ir hasta el monasterio y pasar allí una noche. 

¿Cómo llegar hasta el Templo de Namo buddha?

La verdad es que es toda una aventura, ya que en mi caso decidí coger un bus público y resultó que yo era la única extranjera... me lo pasé en grande!! 

Dos horas ha durado el trayecto para recorrer 29 km, ya que he salido desde Bhaktapur y la verdad es que el viaje no tiene desperdicio. Eso sí, durante el viaje puedes disfrutar de un paisaje lleno de terrazas de arroz y bosques!


El autobús va lleno hasta las trancas! Me toca ir de pie. En Nepal, si no cabes dentro, tienes la opción de sentarte en el techo del bus, donde "supuestamente" suele ir el equipaje.




























El trayecto se hace interminable, ya que va parando en todos los pueblecitos habidos y por haber. Además hay que hacer transbordo en Banepa o Dhulikhel, aunque yo la hice en el primer pueblo, Banepa. Cambias de Bus y en marcha!

La carretera deja mucho que desear, llena de curvas y los últimos 6 km está sin asfaltar, camino de tierra lleno de agujeros y baches. Pero por fin hemos llegado, parada final: Namo Buddha.

Desde donde te deja el bus hasta el monasterio hay que caminar 1 km, calle arriba. A tener en cuenta que no hay nada, y cuando digo "nada", es literal!! Solo un par de bares a pie de carretera.


Calle que sube hacia el monasterio de Namo Buddha.


Me encuentro con esta ratita y juego con ella un ratito ;-)!







Después de subir la cuesta, aparece ante mí el monasterio!!





























Amanecer desde mi habitación.

Me voy a alojar aquí, disponen de habitaciones para hospedar a los visitantes, así que pasaré una noche en este maravilloso lugar. El precio por habitación, incluyendo cena y desayuno son 8 $.

Os dejo el link:http://www.namobuddha.org/

Paseo por los alrededores y descubro éstas maravillas... 




Típicas banderas de plegaria Nepalí - para la oración Budista.

La cueva de la tigresa.

Si os fijáis bien, entre las nubes se pueden ver los picos del Himalaya nevados.

Picos del Himalaya nevados.
Monjes budistas tibetanos realizando sus debates.












Este lugar está rodeado de montañas, árboles y unas increíbles vistas de todo el valle de Kathmandú. En un día claro, sin nubes, puedes ver el Himalaya y sus bastas montañas con sus picos nevados. Es realmente bello!!

Estoy aquí sola, observando el hermoso paisaje que tengo ante mí y se me erizan los pelos... es emocionante sentir esta libertad, la sensación de encontrarte en el lugar más remoto del mundo y sentir Paz, alivio, felicidad. Mis miedos se han esfumado, no hay nada que temer... soy Libre!! 

Así es como me siento... 



Es hora de dejar este asombroso lugar y tal como hice para llegar hasta aquí, cojo mi bus local y de vuelta a Bhaktapur, con este buen rollito y esta marcheta!! Súper divertido :-)!!






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